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Cómo hacer de Bogotá una ciudad realmente conectada para todos

Está por definirse el Plan de Ordenamiento Territorial (POT) y es el momento de abogar por una #UnaBogotáMásConectada, #UnaBogotáMásInclusiva, #Una BogotáMásResiliente.

Aunque Bogotá es la ciudad de Colombia que más reporta conexiones a internet en Colombia, según cifras del DANE a 2020 el 22 % de los hogares no tiene acceso a internet. La penetración más alta es de internet fijo con 94,4%, versus un 39,1% de Internet móvil. 

Indudablemente la pandemia, puso un acelerador a la conectividad, y la última Encuesta de Calidad de DANE del 2020 arroja un avance, al pasar en Bogotá de un 75% de hogares con Internet en 2019 a un 78% en el 2020, lo que seguramente es resultado de las medidas de aislamiento y distanciamiento impuestas por la pandemia, que incrementó la demanda del Internet, al convertirse en el único medio para estudiar, trabajar, acceder a la salud y entretenerse en casa. 

El esfuerzo por llevar la conectividad a usuarios y zonas no atendidas, que se ha  realizado por la industria móvil, son enormes, así como la mejora en la calidad. Se ofrece cada vez mayor cantidad de datos a menores precios (un 6% menos en 2020 respecto a 2017), lo que implica una caída pronunciada del precio por gigabyte de banda ancha. Las velocidades promedio de descarga móvil en Colombia han aumentado de 7.59 Mbps en 2017 a 13.4 Mbps en 2020, según OpenSignal. 

La presión en las redes, crece a medida que se digitalizan cada vez más las actividades y la economía, de tal forma que se espera que el tráfico de datos móviles en América Latina se haya multiplicado por 6 entre 2017 y 2022, una tasa de crecimiento anual compuesta del 43% (pronóstico de Cisco VNI).

Para brindar estos beneficios al consumidor y responder a los retos que impone la digitalización, es fundamental la inversión continua en sitios para ampliar la capacidad y la cobertura, y la inversión en actualizaciones tecnológicas a las tecnologías 4G y 5G, que ofrecen una capacidad y calidad significativamente mayores que las tecnologías anteriores.

Facilitar que los operadores puedan responder a las necesidades de la capital en materia de conectividad, es sinónimo de más estudiantes, negocios, empresas, que mejoran sus oportunidades y su capacidad para incorporarse a los beneficios que conllevan la digitalización,  lo que facilita su inclusión social y económica. Por el contrario, más restricciones y costos para el despliegue de infraestructura y redes en la ciudad, impide a los operadores la capacidad de ofrecer servicios más cercanos y asequibles e inhibe a Bogotá  de los multiplicadores de crecimiento que genera la conectividad.

Diversos autores señalan los efectos positivos de mayor acceso a Internet sobre el PIB (Katz y Callorda (2019) Edquist, et al. , y en la coyuntura actual en la que diversos sectores reclaman por la reactivación económica y sus derechos fundamentales, a la educación, la salud, el trabajo, se requiere impulsar el crecimiento económico a partir de la productividad, y la conectividad es la clave  para lograrlo. 

El Plan de Ordenamiento Territorial, próximo a discutirse, debe responder a este reto y fijar la hoja de ruta para el desarrollo de la ciudad, y priorizar la destinación de recursos al cierre de la brecha digital, con servicios más cercanos y asequibles en todas las localidades, en pro de #UnaBogotáMásResiliente y #UnaBogotáMásInclusiva.  

Bogotá debe ser una ciudad inteligente

Bogotá tiene el reto de ponerse a tono con las grandes capitales del mundo, y mejorar su posición en el ranking mundial de ciudades inteligentes, en el que ocupa el puesto 120 de 174 ciudades medidas por el ranking IESE Cities in Motion 2020

Todas las ciudades digitales requieren autopistas de información sobre la base de tecnologías avanzadas como 4G, 5G, fibra óptica, para contar con una digitalización completa que facilite la gestión en sus territorios con la analítica de datos, la inteligencia artificial, robótica, lo que facilitará por ejemplo tener sensores, cámaras de vigilancia, gestores de tráfico y movimientos, medidores inteligentes, botones de pánico, conectados cerca en todas las zonas de la ciudad con centros de comando que permitirán una Bogotá más eficiente.

No debemos olvidar que un Plan de Ordenamiento Territorial, es el instrumento habilitador de la infraestructura de la ciudad, por lo cual no se puede perder la oportunidad, de concebir una ciudad digital, que soporte las redes y la creciente densificación de antenas que imponen las nuevas tecnologías.  

A continuación, algunas de las sugerencias para el nuevo POT que será presentado en Bogotá, realizadas por las principales agremiaciones del sector de Telecomunicaciones: ASIET, Asociación Interamericana de Empresas de Telecomunicaciones; Andesco, Asociación Nacional de Empresas de Servicios Públicos y Comunicaciones de Colombia; y Asomóvil, Asociación de la Industria Móvil de Colombia, que reúne a los tres operadores móviles más importantes del país: Claro, Tigo y Movistar:

  • Habilitar trámites más simples y por proyectos, para mejorar los tiempos de duración de permisos que actualmente pueden durar hasta un año y medio. Igualmente, mecanismos de regularización ágil, sin cobros retroactivos y sin considerarse como permisos nuevos. 
  • Revisar algunas propuestas de artículos, que conllevarían a una expropiación indirecta de la infraestructura y redes de los proveedores de redes y servicios de telecomunicaciones y de las empresas de servicios. Como alternativa, éstas pueden suscribir acuerdos con el IDU (Instituto de Desarrollo Urbano) o el administrador de la vía para facilitar la utilización de esta infraestructura en Bogotá.
  • Evitar cobros por aprovechamiento de espacio público de redes, postes y ductos, que en el pasado, han sido considerados por las autoridades judiciales como impuestos disfrazados y migrar hacia un esquema en que la ciudad utiliza la infraestructura que han dispuesto los proveedores, para los servicios inteligentes que requiere la ciudad. 
  • Permitir uso de postes y mobiliario urbano, nuevos y existentes, para la instalación de antenas, porque actualmente se plantea que en las zonas urbanas que cuenten con postería se limitará la instalación de más elementos, algo que va en contravía con la expansión de las redes. 
  • Habilitar uso de predios del distrito para disposición de redes, de esta forma se aprovecharán más edificaciones. Por ejemplo, la Comisión de Regulación de Comunicaciones (CRC), dice que “se podría analizar la transformación de los Cades y Supercades en grandes espacios orientados a la innovación y transformación digital, con el fin de destinarlos a atender las necesidades de apropiación digital de los niños y jóvenes de la ciudad, para contribuir en su progreso académico y laboral”.
  • Evitar nuevas obligaciones excesivas y onerosas, como es la restricción de postes en zonas de protección patrimonio. Se propone plantear estrategias de mimetización con el fin de eliminar las afectaciones visuales a los bienes patrimoniales y de conservación, las cuales se pueden apoyar en los Planes Especiales de Manejo dispuestos por el Ministerio de Cultura. 

 

  • Soterramiento y reubicación de redes solo en planes de intervención conjunta con la ciudad, de esta forma, se minimiza la inversión de la infraestructura y eso se verá reflejado en precios más bajos para los usuarios. 

 

Un POT pensado en la conectividad para toda la ciudad, permitirá que los operadores continúen realizando avances en actualización de redes y cobertura, lo que redundará en mayor crecimiento económico y bienestar social.